• Estar presente en redes sociales, la alta productividad en los puestos tecnológicos y el aumento de la importancia de la inteligencia emocional, han convertido a los trabajadores digitales en los perfiles más demandados.
  • Las generaciones marcadas por el boom tecnológico como son los millennials y la generación Z, ocuparán más de la mitad del mercado laboral.

La retención del talento es una de las prioridades de las empresas, y más cuando se trata de perfiles digitales. 9 de cada 10 puestos de trabajo ya exigen conocimientos tecnológicos y la demanda de empleados TIC crece a un ritmo del 3% anual. En el mercado laboral, los perfiles con experiencia en determinadas disciplinas digitales, antes de 2020 tendrán una escasez de hasta 900.000 profesionales en Europa, según datos del Informe IMMUNE de la Unión Europea. Como consecuencia, el empleado conectado se ha convertido en el activo más importante de las empresas.

Para mejorar la percepción de estos empleados desde el minuto uno, las empresas ponen en práctica estrategias de employer branding. Las medidas para mejorar la situación de los profesionales digitales son fundamentales para la fidelización, por eso se está favoreciendo la iniciativa de los trabajadores a la hora de aportar ideas, además de suavizar los rígidos protocolos corporativos y ofrecer más beneficios a cambio de mayor compromiso.

¿Cuáles son las 4 razones por las que el empleado conectado se ha convertido en el activo más importante de las compañías?

  1. Contribuye a mejorar el branding en Redes Sociales. La presencia del empleado digital en redes sociales no es algo anecdótico, sino que debería ser visto por la empresa como una oportunidad, es un canal para favorecer la atracción de talento a la compañía. Es clave que la iniciativa parta de los empleados y lo hagan compartiendo fotos en el trabajo, productos de la empresa o actividades de teambuilding.
  2. Aumenta la inquietud por la inteligencia emocional. Desarrollar estrategias corporativas basadas en empatizar con los empleados hace que estos sean más felices en el trabajo. El empleado conectado quiere conciliar la vida laboral y personal a través de las herramientas tecnológicas que usa en su vida privada.
  3. Su alto rendimiento garantiza mayor productividad. Además del bienestar emocional, los empleados digitales necesitan un entorno adaptado a sus capacidades para conseguir resultados más eficaces. Es imprescindible que dispongan de autonomía y las herramientas tecnológicas necesarias. En este sentido, los análisis de desempeño que comprueban la correspondencia entre las funciones y las habilidades del empleado conectado, permiten evaluar sus posibilidades. Si se consigue una buena combinación entre ambos factores, su productividad mejorará.
  4. Es creativo y se adapta a más tareas. La digitalización de las compañías exige estar en constante cambio, por lo que el empleado digital desarrolla sus tareas enfrentándose a continuos problemas a los que tiene que dar respuesta de forma creativa. Estas situaciones hacen que en ciertas ocasiones tenga que asumir funciones adicionales a las que tiene normalmente, lo que le hace un trabajador conectado y flexible, siendo un plus para las empresas.

 



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